martes, 22 de noviembre de 2011

El Veneno




Hola papel de mentira, te voy a tratar de explicar estas cosas que me pasan ahora, ya.

No sé bien de qué se trata, pero estoy repasando sin parar el año que está terminando, y rebobinar este capítulo es medio una mierda. Las escenas que están buenas no las miro, miro las que me aburren, miro las que me generan una especie de remordimiento imbécil. Después sigo con mis cosas, masticando ese chicle horrible, todo el día, rumiando como un buey tonto y sobreocupado en asuntos muertos y enterrados.

Hay muchos dichos que hablan de que si te enfocás en una cosa no ves las otras que están alrededor, este no creo que sea el caso, alrededor todo parece bien, lo que necesita un parche es ese agujerito pelotudo.

Escucho canciones que me desgarran las ganas, no me entusiasma casi nada, y todo tiene que ver con un pequeño agujero negro.

Todo estuvo bajo control, pero era lógico que en algún momento frenara todo y mirara alrededor y con mi obsesión estúpida por los detalles, sólo hago que algunas cosas que no deseo se vuevlan indelebles. Me enfermo con el poco veneno que encuentro, y en la fruta y el agua, hago agua, me cansé de buscarle sentido a todo esto, lo analicé, lo llevé entre mis manos, lo miré y lo estudié, lo aprendí entero desde la más pequeña causa hasta el más devastador resultado, todo lo que comprendió el fenómeno lo vengo masticando hace siglos o capaz una buena cantidad de semanas.

Lo que me pregunto es ¿ Qué hace falta para sacarlo? y pienso en varias hipótesis:

La primera y más pretenciosa de todas es que ya va a pasar algo que me saque de este lugar feo.

La segunda y más pesimista de todas es que no podré volver a caminar un camino que era liso y lindísimo

La tercera y más racional me dice que necesito frenar un poco, porque este año, lo corrí a 160 kilómetros por hora, me hace pensar que en las vacaciones voy a encontrar eso que se me perdió, que se rompió, esas ganas.

Lo que es cierto, es que en lo que va del año, no tuve un sólo momento para despojarme de mis armas y navegar el entusiasmo de lo nuevo (esto deja de lado todo tipo de ocupación real, es un post que trata exclusivamente temas importantes, pero no indispensables, por eso la libertad de decir lo que se me canta el orto, como por ejemplo garafette, que es una palabra que recién inventé). Así que eso es en resumen el diario de hoy en lo que a mí respecta.

No voy a ser estúpido, estoy bien, me siento bien, crecí mucho. Si me puedo poner en pedigüeño puedo decir que me gustaría estar un poco mejor, con más asuntos resueltos y sin cambios en tan cortos plazos.

Me encanta el frío de esta noche, y me encantó el sol de hoy.

No me siento mal, me siento un pelotudo de recontramierda. Eso.


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