Después de varias semanas ya inmerso en una escabrosa tormenta de eventos nuevos y geniales, lo único que sufrió el arrastrón de las mareas fue mi espíritu.
No porque haya este empobrecido, todo lo contrario, sino por el pesar de un montón de tiempo sin pensar. De pronto es cómo que recién me paso la lengua por la encía que antes albergó la muela. Esto se llama healing pain, diría un amigo al que no le gustan las mujeres. Pero lo raro es, si no pasó esto durante todo este tiempo.. ¿ Por qué ahora? ¿ Qué desata dicha lluvia de fuego?
El reencuentro, en los mismos términos que todo lo anterior. Tu mirada perdida entre otras cosas y yo al lado imperceptible y eternamente en silencio.
De a momentos siento un dolor enorme, no por la pérdida, sino por el desconocimiento. Desconocimiento de lo real de una unión verdadera.
Fuera de eso, mi coraza crece y se endurece. No me tiembla casi nada la voz y me mantengo erguido mirando al este.
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