viernes, 23 de diciembre de 2011

Balance del año que se va





El año empezó bien, arranqué teniendo mucho tiempo libre, pelado a 0 cómo verón y con Semelman gastando plata y tiempo en cosas no muy importantes, cómo cuidar los peces, comer vacío en la parrilla a la vuelta del ENAM y boxear, boxear 4hs por día todas las mañanas.

Al poco tiempo celebré mi cumpleaños y me fui a Europa, Estuve en Madrid, Barcelona, León, Roma, Florencia, Venecia, París, Amsterdam, Brujas, Bruselas, Basingstoke y Londres.

De Madrid me llevo las rabas, El parque del Retiro, las Tortugas en la central de Atocha, y al Foca, que no lo veo desde entonces porque sigue allá.

De Barcelona me llevo los colores y las formas de Gaudí, el sol en Park Güell, los peces en la fuente del Drac, Los edificios altos, las mandarinas en los árboles del Paseo de Gracia, El espectacular Camp-Nou y su gente maravillosa, Qué ciudad preciosa!

De León me llevo la morcilla y la primera vez en mi vida que pude ver la nieve, que fue algo espectacular para mí.

De Roma me llevo el Romance en el aire, la inmensidad del Coliseo y el cosquilleo de mi cuerpo al recordar a mi abuelo José.

De Florencia me llevo a mi primo Antonio, que de chico me pasó muchas bandas de música que al día de hoy sigo escuchando y me enseñó que en mi familia hay otros que no se saben quedar quietos.

De Venecia no me llevo nada, es una mierda. Posta.

De París me llevo El parque de luxemburgo con sus árboles perfectamente podados, la fuente en la que los chicos juegan con sus barquitos y a un boxeador que estaba entrenando sólo por ahí, me llevo también Todo el tramo desde el Arco del Triunfo hasta el Louvre y me llevaría el Louvre y una semana para recorrerlo y admirarlo en su totalidad, La tarde-noche en Mont Martre, La Catedral de Notre-Dame, el Sena y la Torre Eiffel, inmensa y hermosa, con sus luces de la noche. Me llevo todo el brillo del Palacio de Versalles y sus inmensos campos verdes.

De Amsterdam me llevo la deliciosa Marihuana, los gatos del hotel y el desayuno que incluía todo lo que pudiera uno imaginar, me llevo también el buen recuerdo de las personas que ahí habitan y la buena voluntad de ayudar a uno cuando se perdió.

De Brujas me llevo un par de casas lindas, los cisnes y no mucho más. De Bruselas, las papas fritas.

De Basingstoke no me quiero llevar nada, quiero llevar todo lo mío ahí, vivir un tiempo con mis tíos sería una experiencia lindísima y enriquecedora, siempre creí que lo iba a hacer y ahora que lo conozco me atrevo a decir que quiero hacerlo, Mi tía y su corazón inmenso, mi abuelo reflejado en mi tío, María y Adriano, con todo su cariño, qué familia más maravillosa.

De Londres me llevo El parlamento, me llevo La torre del big ben, las salchichas en la calle, la National Gallery en Trafalgar Square, me llevo también La inmensidad de los parques y las ardillitas, El British y un siglo para estar recorriéndolo.

Finalizado Europa, volví y con trabajo y casa, me largué solo, al aire de vivir en la completa soledad, guiando por mi juicio personal y auténtico todo mi accionar, y no me arrepiento de nada (o de casi nada) en lo que respecta a las decisiones que tomé durante este tiempo. Viviendo sólo descubrí el significado más profundo de la palabra Libertad. Descubrí que soy apto para desarrollarme por mis propios medios, corté un vínculo de dependencia con mis padres y los aprendí a querer aún más, ya que fueron ellos quienes tuvieron la iniciativa de darme libertad desde que tengo memoria.

Me separé. Me dolió mucho y aún de a momentos me duele, no porque sienta la necesidad de volver, ni de suplir la falta con algo más. Sino por el hecho de que realmente había visto brillo en quien fuere mi socia en ese entonces y me equivoqué, o nos equivocamos, o no sé. No hay rencor.

Reviví en muchos sentidos, redescubrí el abrazo de los pulloveres y el sexo fresco y fuerte. Volví a salir y me crucé con un montón de sujetos maravillosos de los que no voy a hacer mención, pero creo que son concientes de que son personas geniales al menos para mí.

Encontré un trabajo que me entusiasma y al cual voy sintiendome a gusto, no sólo con lo que hago ahí, sino con la cantidad de gente increíble que estoy conociendo.

Estoy empezando a brindarme un poco a la sociedad, después de una adolescencia a regañadientes puteando porque "todo está mal, todo es una mierda". Bueno, no, no es así, siendo sinceros me sorprende gratamente que la buena gente es más callada, pero estoy seguro de que son más.

Conocí varias mujeres, buenas mujeres, con algunas hubo más y con otras menos feeling, pero todas fueron experiencias valiosas y lindas para mí, aunque la verdad tengo al león domado de a momentos y no me desespero por la carne, capaz aprendí a medir la importancia de las acciones, capaz la virilidad empezó a menguar, no tengo una respuesta a esta inquietud todavía.

Me abrí a un distintos mundos de personas nuevas, por decisión propia y de nadie más, agrandando mi persona en función de no privarme de vivir. Cosas que hasta hace poco, inclusive este año no supe hacer demasiado, o que sí supe hacer, pero me hicieron creer que no. Una vez me dijeron que me la tengo que creer un poco más, no sé si era eso lo que se me quería comunicar, o que tenía que tratar de ser más. Estoy tratando de ser más de lo que fui ayer, porque quedarme quieto es regalarle horas a mi muerte.

Descubrí música, desempolvé música, descubrí sensaciones vibrantes en el cuerpo y todo esto gracias a la conjugación armoniosa de sonidos.

Me quedan cuentas pendientes:

1- Irme al Norte con Mariano, a cortar un poco el vertiginoso ritmo de la ciudad.
2- Darme unos buenos besos con una mujer que me haga hervir la sangre, quererla, pasearla por mi mundo, preguntarle si le gusta y decirle que se quede a dormir
3- Adelgazar, dejar de fumar, ser más inteligente, más exitoso, tener un coche y un título que empiece con Lic. o con Dr. o con Ing. (Ja!)
4- Dejar de hacerme problema por pequeñeces y disfrutar las cosas lindas que pasan a mi alrededor.

Por último, quiero hacer un punto a parte para recordar a mi abuela "La Mame" o Silvia cómo se llamaba acá, para mí durante toda mi vida fue una persona increíble, de muchas historias geniales de regaños locos, de situaciones desopilantes, una mujer que se volvió la semilla de un arbol que sigue creciendo y que no fue fácil llegar a ser semilla, tuvo que ver a su familia ser asesinada, tuvo que vivir el peor horror en carne propia y poder alejarse de eso y comenzar a vivir, trabajando, sin parar hasta poder encontrar un poco de paz. Abuela, Mamele, Gracias por todo lo que nos enseñaste, te quiero mucho estés donde estés. Lamento mucho no haber tenido más tiempo de conocerte, aunque creo que nos conocíamos bien. Llevo tus memorias a donde quiera que vaya.

Bueno, básicamente ese fue el año que está terminando de irse, idas y vueltas, golpes, porrazos, puteadas, abrazos, frío, calor, alguna que otra cosa seguro que me olvidé. Pero fue un buen año. Y estoy contento de ser quién soy.

Feliz Fin de Año!

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