lunes, 8 de agosto de 2011

Carta Abierta - A vos

Querida,

Te escribo. No puedo hacer otra cosa, no me lo permito. No te lo merecés. Pero te escribo al fín, porque ya ha pasado mucho tiempo, y dudo de que realmente haya herida alguna. Te escribo porque plantaste en mí una semilla, una pequeña pelotita marrón con cáscara dura y dibujos venosos. Si yo entendía que las cosas que se dicen se condicen con lo que se hace, si entendía que las cosas que uno expresa conllevan sentido y definen una postura de acero, de hierro y roca mezclados, no puede ser que todo lo que vi, olí, saboreé, todo sea arena seca. Esto es así, agitaste el barro del fondo, el agua turbia no me deja ver bien, ¿qué fue lo que te pasó? ¿Qué necesidad tenías realmente de esconderte, si en la puta vida te mordí? Esa semillita no la pienso regar, porque es la semilla de lo triste, si en tus palabras de mierda no te encontrás no te busques más en palabras, si en los conceptos no encontrás nada, en los sueños de lo rico y lo brillante, en esa sonrisa que sólo se dibuja, no vas a encontrar nada.

Yo estoy bien, aprendí un montón de cosas, la primera y más importante es que NUNCA tengo que dejar de escuchar al cuerpo, porque cuando vibra o late, cuando se enferma,
cuando engorda, no está sano, el alimento no entra por la boca, a veces el alimento sale por los poros, sangra en la piel, se eyacula y se llora por los ojos. Otra cosa que aprendí, es que sólo te merece el que te quiere por lo que sos, y que si sos quien el otro quiere, sos algo menos digno que una mascota del otro, las correas no me calzan bien, y la tuya me la banqué por siglos pero esperaba encontrar una flor en la punta del tallo. También aprendí que no tengo que soportar a los tibios y a los tristes, que si hay gente que los deja entrar en su vida allá ellos, pero por favor no a lo tibio y no a lo triste de las personas, porque todos sufrimos por boludeces cuando no hay cosas de verdad por las que sufrir. Todos nos ponemos mal, pero estamos todos juntos eh, hasta que nos dimos vuelta y nos reímos encogidos de hombros, porque claro! nosotros somos más, si la sabemos enterita entera.

Aprendí que no me puede enseñar nadie, que se aprende sólo cómo siempre porque no le tengo miedo a estar sólo, al contrario, sin aunque sea un poquito de motivos para estar pegado al piso tengo miedo de que no haya frontera a la que no quiera llegar. Entonces me cuestiono todo, hasta lo incuestionable, porque no sé de qué color es el cielo siquiera. Si te ponés a pensar en serio, más allá de todas esas boludeces que ni vos podés entender, ¿Aprendiste? Yo creo q
ue sí, aprendí que las cosas nunca se tocan, que no voy a poder leer tus labios con mis ojos, ni leer tus palabras con mi corazón porque sería morder un anzuelo brillante con un señuelo naranja y verde, que gira, se agita y tiene un cascabel, también aprendí a que no tengo que decirle lo que siento a otras personas, porque creo que siento de una forma muy real y tengo que entender que capaz el teatro es el sueño dorado de muchos corazones, porque el escenario de la vida los esquiva, porque no tienen tantas comedias ni tanto terror en su carrera como protagonista de una película que cuando termina no tiene ni aplausos ni créditos, que no sabés si se va a repetir o si es una función única. Yo camino nomás, es lo único que se hacer bien.

Pero basta de mí, la verdad es que te quería escribir, desde el día que te conocí, pero a vos eh, no a la cosa esa que aparece y desaparece, que no se suelta, a vos. No tengas miedo. Si al fin y al
cabo ya sabés a donde vamos, disfrutá. Que te acuchillen la carne con sexo, que te queme el cerebro lo sucio y lo feo, que las manos te queden reventadas del frío y la boca jadeando del sol, ahogate, prendete fuego, comé carne podrida y enfermá. No te quedes en esa mierda asquerosa, no comas más la mierda asquerosa.

No vuelvas nunca más por favor. En serio eh, no te guardo rencor, pero no te quiero acá, donde estoy yo. Porque elijo todos los días que no estés, no porque no te quisiera, porque mentiría si dijera que no me entregué en bandeja, desnudo y con el cuero separado de la carne, esperandote a vos con tu cuchillo y tenedor, me banqué el BUZZ en los pies y en las manos, me banqué tu ruido y ese moralismo repulsivo tan innecesario a la hora de decir lo que realmente se vive y se escribe en tu cabeza. Capaz no podés ver qué sos vos. Eso sos vos. ¿Eso sos vos? ¿En serio? Mierda che, cuanta sangre ardiendo, me tiemblan los dedos. Te quiero mucho, no te lo tomes a mal, pensá que de otra forma estaría escribiendo sobre otra cosa. No seas tímida que no nos escucha nadie, no nos ve nadie, nadie nos escucha. Quedate acá conmigo, dejemos todo atrás. Vos andá si querés, yo no voy. Salí, hacé lo que quieras, yo me quedo acá esperandote. Me voy a buscar algo que hacer, avisame cuando terminas. No me jode, voy porque voy a estar con vos. Sí, son copados, vamos. Dale, me re gustó la idea. El perro también es importante. Se Feliz, Se Libre.

Me la estoy creyendo un poco más, pero no sé bien a que te referías con eso, así que estoy creyendo más en las cosas que no te pude mostrar, porque te dolía la panza, porque tenías cosas que hacer, porque te dieron una buena devolución y encontraste algo que te gusta. Estoy creyendo más en mí. Más que nunca.

Gracias, Perdón, Chau

Ariel Dan Fucks


PD: Te dejo una foto de cómo se ve lo que me pasa cuando me doy cuenta a la mañana que estoy vivo y que puedo ser feliz todos los días:



3 comentarios:

Mariano Semelman dijo...

Genial!
Lee Hermann Hesse.
En serio, pedimelo los libros, pero leelo.

Arulo dijo...

Tengo El lobo estepario en casa, pero le temo.

constineta dijo...

durisimo..