viernes, 14 de octubre de 2011

Nadie, Nada y Todo a la vez.




















Hola,

Estos días me siento hermético otra vez, cómo si se hubiera cerrado mi humor, mis ánimos de buscar algo, creo que descubrí por primera vez que no tengo que buscar a nadie más para estar completo.

Toda mi vida buscando completarme con alguien más, y la verdad es que la búsqueda me aburrió un poco.

Si alguien se quiere encontrar conmigo, va a saber cómo y donde buscar, pero no quiero sentir la obligación de buscarla señorita. Perdón, pero no la voy a ir a buscar.

Desde que tengo memoria en mi vida han existido mujeres importantes, desde que tengo exactamente 8 años.

Sí, 8 años, o sea que durante 16 años más, siempre fueron apareciendo y desapareciendo mujeres, al fin y al cabo, todas proyectos de cosas perfectas, sueños, besos, gritos, llanto y bronca, vómito, todo.

Y en todo ese tiempo, creo que a pocas mujeres les di la posibilidad de venir a buscar y ver si encuentran algo que les guste. Siempre fui yo, el que iba como una cabra va a la montaña.

Experimentemos, voy a dejar que se acerquen, yo no muerdo, no escupo, no hago nada raro.

¿Por qué voy a hacer esto?

Por que es otra cosa, y siempre hago lo mismo. No sé porque me siento en la obligación de buscar a la mujer, cómo si fuera una necesidad primordial, y cuando estoy con ella, me vuelvo mezquino, engordo, me apago, dejo de hacer lo que me hace así. Qué me vengan a buscar, me voy a poner un precio y me voy a poner en una estantería, así bien prostibularia la cosa. Por que me rompí las pelotas de los esquemas en los que me manejo desde que recuerdo.

Esto no significa que no esté dispuesto a tener algo real, estoy dispuesto a dar todo, pero no quiero arrastrarme, nunca más.

5 comentarios:

Mariano Semelman dijo...

Que buena onda leer esto.

Arulo dijo...

Por?

Anónimo dijo...

después del segundo golpe, llega la templanza de los metales destinados al fuego. Te volvés sólido, elegís no gravitar mas y atraes. Excelente texto y elección.

Carla Potch dijo...

Hola, mi nombre es Potch, Carla Potch. Tal vez me recuerden de peliculas como "la pequeña niña cocainómana", "la micromujer del espacio interior" o "pulgarcita perdida en el barrio chino".

Quería decirte que me alegra te desligues de esa pseudo obligación auto impuesta de buscar a la mina ideal. La potchsta es amarse a uno mismo y compartir ese amor con el mundo. Las circunstancias, el destino, la ley de atracción y el equilibrio universal se van a encargar de contactarte con la guacha que encastre justito con tus lego, mientras tanto disfrutá de la vida, que es re corta.

Sin más, me despido cordialmente, agitando los bracitos y vociferando un amoroso:

RAMERA, P.TA, VIEJA. NEGRA.

Te quiero.

Potch.

Arulo dijo...

Sos única Carla Potch