lunes, 5 de septiembre de 2011

Tiger Uppercut




















Esto fue lo primero que me vino a la cabeza en el día 01. Fue cuándo mi propia inteligencia conformó una alineación de imbatibles e infranqueables conceptos.

La verdad, es lo que mi madre siempre me pidió. Sostenía que en una contraposición altruista la peor verdad siempre superaría a la mejor mentira, y así lo quiero yo. Pero la verdad, es algo que asusta, y que muchas veces hay que enfrentar - Pequeño Timmy, las cosas han cambiado por aquí - . Entonces esto fue lo que pensé el día 01, el día del dolor y el miedo, la ansiedad. Buscás la verdad, y ya la tenías adentro. Pero sienta un precedente, es la forma de entender que es lo único que hay. Y así entendés que también vos sos lo único que podés ser. Esa es tu verdad, no sos especial, pero sos único. Mi verdad es lo mejor que puedo dar, es todo lo que hay, y parece poco, pero es algo, y eso es más que nada. Me forjé libre y feliz, el resultado no puede comunicar algo distinto, ¡pero momento! tengo mis vicios, no sois perfectos.

No podés comer un bebé. Eso está claro, pero sí podés hacer un montón de cosas. De eso se trata la libertad. Y por qué es tan importante? Bien pequeño Timmy, la libertad es algo así cómo... El agua, y uno le da un curso, el curso que elige, porque de eso se trata la libertad, de elegir lo que uno quiere. La libertad de compartir o de esconder, de mirar, tocar, probar, salir, entrar y acabar. Entonces porque surge imperiosamente el anhelo de libertad, acaso no eramos libres antes también, no elegíamos "eso" a lo que después temimos, y odiamos, y perdonamos y después empezamos a olvidar. Sí, pero eso es otra forma de libertad, trabada, es como la libertad en la sociedad, sólo que más estrecha, porque nos permitimos cosas y otras no, y porque cedemos en nuestros derechos a no aburrirnos, a no pasarla mal, a no volvernos robots.
La libertad esconde otras cuestiones, no se trata de comprar, esa es la libertad de liberalismo, la libertad del corazón tiene que ver en que puedo mirarte y decirte que tu cuerpo es perfecto y que tus manos me hacen temblar y manejar la posibilidad de que reacción sea completamente inesperada, porque la libertad no se encuentra encerrando, la libertad se encuentra abrazando el aire fino que te quema si la encarás con miedo, pero que te hace arder si la encarás con pelotas. Si, creo que se puede ser libre y elegir, pero no te elige la cabeza, te elige el cuerpo, y lo que late adentro, que no deja de ser el cuerpo.

Hope, porque fe es un concepto muy ambiguo, y esperanza es un concepto muy maricón (Todo por culpa de Diego Torres, claro está). Hope, la esperanza en uno mismo, en saber que todo es un ciclo, cómo el agua llueve después de evaporarse de la tierra sucia y vuelve a caer límpida y cristalina una y otra vez, desde tiempos que no se pueden conocer. La fe en saber que la búsqueda es lo que hay que disfrutar y no el tesoro, porque nos enseñan a disfrutar el premio y eso mismo le hacemos a los perros, lo que hay que hacer es mirar a los costados y abrazar todo lo que podamos. No somos trofeos, no somos maniquís ni esqueletos fríos, somos carne y vino. Y tengo la fe de que voy a encontrar mi lugar en todos lados. Eso estoy buscando.

No tengo mucho más que decir, estas tres palabras fueron la piedra angular de mi reencuentro conmigo, me apoyé en conceptos sólidos, libres de compromiso insulso y forzado.

No puedo enseñar nada a nadie, pero puedo aprender.

Quiero.

Quiero todo esto que hay, hasta que explote en mil pedazos. Porque me siento vivo y feroz.

La imagen del zorro, que hace mi apellido, me sienta vacía y fría, mi nombre trae otra imagen, y la respaldo, porque no me pienso dejar vencer por nada.

No soy más el león domado. Sólo el León.

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