No podríamos reprochárselo, no podríamos quejarnos de que le falte aquello que no es capaz de adquirir. Pero cuando se trata de este Tribunal, la virtud enteramente negativa de la tolerancia
debe convertirse en la menos fácil, pero más elevada de la justicia. Sobre todo cuando el vacío de un corazón, tal como se descubre en este hombre, se trasforma en un abismo en el que la sociedad puede sucumbir.
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